Un viaje de mil millas comienza con un primer paso
¿Qué es esto del Lean?
La primera pista que nos encontramos cuando hablamos sobre este concepto es que Lean es una palabra inglesa cuya traducción viene ser magro, sin grasa.
Este concepto va más allá de ser una metodología o un conjunto de herramientas que se aplican sobre una empresa; el mundo Lean debe entenderse como una filosofía de trabajo en busca de la mejora continua y del trabajo en equipo y que debe alcanzar al conjunto de la plantilla de la empresa.
Esta filosofía Lean, también denominada Sistema Toyota consiste en la búsqueda continua de más valor para el cliente con menos “despilfarros”, tratar de eliminar todo aquello que no nos aporta valor.
Los “despilfarros” son actividades, acciones o procesos que se realizan en el normal desarrollo de la actividad de la empresa que consumen recursos de cualquier tipo sin aportar valor añadido al producto acabado o servicio prestado, constituyendo en definitiva un sobrecoste innecesario.
En definitiva, la eliminación del “despilfarro” nos lleva por un lado a una reducción de los costes y de los tiempos de fabricación/producción, y por otro a una mejora de la calidad, lográndose en definitiva a un incremento de la eficiencia del proceso productivo.
El esquema general de esta filosofía de gestión se puede ver representado por la denominada Casa Toyota:
En su base podemos contemplar la necesidad de inmersión del conjunto de la empresa en la filosofía Lean como elemento transversal a toda la organización, con un giro de la misma hacia una gestión lo más visual posible, haciendo evidente para todo el mundo lo que habitualmente conocen unos pocos.
En una primera fase, se deben utilizar acciones de tipo formativo y comenzar a implementar alguna de las herramientas Lean disponibles como elemento desencadenante que permita “iniciar” el cambio.
Dentro del conjunto de herramientas que ofrece el Lean, la más adecuada para este fin es sin duda la aplicación de las 5S.
Esta herramienta 5S tiene por objetivo mejorar el orden y la limpieza de las distintas áreas de trabajo de la empresa, aprovechando dicho proceso para buscar una mayor implicación del personal en los objetivos de la empresa, una potenciación del trabajo en equipo, y por supuesto una mejora de la productividad.
En una segunda fase, una vez ordenado el entorno de trabajo, el siguiente objetivo podría ser el de definir el “modus operandi” actual, concretando y definiendo el desarrollo actual de los distintos procesos productivos y administrativos que constituyen el conjunto de actividades de la empresa.
Esto nos permitiría tener un punto de partida sólido a partir del cual, basándonos siempre sobre un principio de mejora continua, comenzar a implementar una serie de mejoras sobre los mencionados procesos, buscando un incremento de la productividad y por tanto de la competitividad.
“La Cultura Lean no es algo que empiece y acabe, es algo que debe tratarse como una transformación cultural si se pretende que sea duradera y sostenible, es un conjunto de técnicas centradas en el valor añadido y en las personas”.